Despedidas silenciosas

Imagen por Daniel Gómez, vía Unsplash.

En ti debe haber algo inusual para que desarmes mis mensajes, y te intrigue quién soy.
A ti, que en tu silencio incómodo, pasas como inexistente, cómo si fueses a la mar morir.
Yo sólo miro a la bóveda celeste, buscando la calma de mi sinapsis.
Yo, ahora menos neurodivergente, me despido del olor a almendros, de ti, de tu camada.
Ahora he decidido dar un salto de fe, hacía un camino nuevo.
Te quiero, ahora menos de lo que me quiero a mí.
Si sigues vivo, eso no lo sé. Si cesas de existir, no me enteraré.
Lo único que nos vino uniendo durante tanto tiempo es un recuerdo cada vez más desdibujado.
Si tú habrás de ahogarte en el mar, sólo me queda quedarme en la orilla, sin saber qué está pasando, con mi mirada perdida en las estrellas.

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