
Hace tiempo que no sueño, sin embargo cuando lo hago, me aterro. Un tiempo soñé con el amor, un ente idealizado casi perfecto, impoluto, maravillosamente articulado, brillante; sin embargo, la realidad era tan distante. El ideal se rompió tal espejo maldito. Quedé desprovista de emociones desbordantes. Me refugio en ocupaciones pues mis sueños ya no residen como pesos muertos sobre los hombros de un tercero. Mis sueños yacen en mis logros, en mis luchas. Mi destino en mis manos, y no en la completa voluntad de una deidad, en algún rincón remoto del espacio tiempo. Tan misterioso como los términos y condiciones de Amazon…
