Desconcertante

Detalle de La Giganta de Kunst

El rostro al público muta conforme la persona que tengo enfrente. Se colorea tal ambiente, camaleón del entorno, crisol que se transforma. Hay con quienes me río, habrá con quienes converse banalidades, eche sobre la mesa hipotéticas fantasías imposibles, hay quienes me paralizan en un gélido silencio, y otras personas con quienes razono. Sin embargo, muy en el fondo, en un rincón de mi enjambre de engranes, un solitario personaje, antes alegre, se pasea lúgubre entre los hilos de mis pensamientos. Desconozco los motivos por los que tan taciturno se obliga morar por mis rincones cognitivos. Mi rostro no puede desencajarse y eso me desconcierta aún más….